Llego sin voz del continente
y con su país adentro de la valija,
entre sonrisas de humor nórdico
habitando terrazas bicicletas
me besa así,
de labios rojos y sin tiempo;
quiero ayudarle a nombrar mundo
quiero tratarla como a una pluma
llevarla por mis calles favoritas
de veredas con lagos
y botas de lluvia.
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