martes, 31 de enero de 2012

Exilio.

Después de largos tres años de soledad y exilio, volvieron ansiosos a su país.
Muy temprano por la mañana, al llegar los dos juntos, toda la familia los esperaba.
Todo fue sonrisas, lágrimas, brazos y abrazos, manos que se cruzaban, apretaban. Ojos que miraban y guiñaban. Labios que chapaban, besaban, hablaban, bla, bla, bla.
Al abrir la puerta de casa, su hermosa perra Juana toreaba…
No los reconoció.

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