Las olas gigantes dan hambre
por caballos que mueren niños
de saber lo que vendrá
adentro de un libro
en tu vientre de pan
desordenado soy sin pensamientos
(no hablare lo que sucede)
solo miraremos el mar
cruzando la 59 y tres vainillas
la mañana en la esquina alcanzo la diagonal
vacio siempre pasa el verde
en una calle capicúa
de hace un siglo que esta igual
vamos y venimos
abrazados por los puentes
y un corazón por ciudad.
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